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En los pacientes de ELA es necesario intensificar su dieta calórica

El manejo nutricional del paciente debe iniciarse desde el diagnóstico de ELA e identificar a aquellos pacientes que pueden desarrollar importantes problemas nutricionales.

En los pacientes de ELA es necesario intensificar su dieta calórica porque consumen más energía que otra persona en cualquiera de sus acciones, por lo que es importante que ampliar este tipo de alimentos. Con este fin, es necesario aumentar la alimentación con menos volumen pero más rica en calorías: queso, yogur, pastas, pan, cereales, arroz, aceite de oliva, huevos, plátanos… Y es que los pacientes casi siempre cubren sus necesidades vitamínicas, no así sus calorías.

También es necesario tomar líquidos porque reduce las complicaciones infecciosas urinarias, el estreñimiento y fluidifica las secreciones.

Recomendaciones para mantener un buen estado nutricional:

1. Al levantarse por la mañana, es aconsejable tomar un vaso de agua para apoyar en la limpieza de los riñones e hígado. Tome agua durante el día pero no tome mucha con las comidas.

2. No coma grandes cantidades de azúcar porque el hígado las convierte en grasa. Si siente necesidad de un dulce, coma fruta fresca o seca, miel o melaza.

3. Si su digestión es lenta puede probar a comenzar con una pieza de fruta antes de cada comida o incluya un yogurt que contenga bífidus y acidofilus después de cada comida.

4. Minimice su consumo de café, té y alcohol. Si toma té, no le añada leche ya que esto tiende a neutralizar la cualidad anti-oxidante del té.

5. La carne y las aves proporcionan proteínas, vitamina B, hierro, zinc y otros minerales.

6. El pescado blanco o azul contiene proteínas y un menor contenido graso que la carne.

7. Los huevos aportan proteínas, vitamina B y hierro.

8. El pan, los cereales, el arroz y la pasta son buena fuente de energía, fibra, proteínas, minerales y vitamina B.

9. Las frutas y las verduras aportan a la dieta vitaminas, minerales y fibra. Se deben consumir entre cuatro o cinco raciones diarias.

10. Coma alimentos altos en fibra tales como frutas y verdura cruda; salvado o cereales de desayuno que contengan salvado; pan alto en fibras y similares. Combinado con un consumo de agua adecuado esto ayudará a prevenir el estreñimiento, la digestión    lenta y consecuentemente la excesiva “fermentación” de la comida en el intestino.

11. La leche y sus derivados aportarán el calcio que mantendrá los huesos más fuertes. La vitamina D (leche entera, queso, yema de huevo…) es importante para sintetizar el calcio en los huesos y se absorbe a través de los rayos del sol.

12. Utilice aceite de oliva virgen y evite las grasas saturadas.

13. Intente incrementar la cantidad de comida cruda en su dieta a alrededor del 40%. Coma un desayuno liviano que incluya las frutas crudas, los cereales con leche de soja. Los zumos naturales son buenos para incluirlos en el desayuno. Trate de incluir la ensalada como parte de sus comidas principales del día (almuerzo y cena).

14. Escuche a su cuerpo. Tome (preferentemente agua) tan pronto como sienta sed. No coma si no siente hambre, pero tampoco la aguante.

15. Aumentar el número de tomas de alimento a 6-8 al día con porciones de menor cantidad para facilitar la digestión y evitar la fatiga.

16. De ser posible, comience las comidas con un alimento “amargo” tales como aceitunas y verduras de hoja de ensalada. Los “Principios Amargos” (no ácidos como el limón o vinagre) estimulan las papilas gustativas sensibles a lo amargo que están conectadas neuralmente a la pared del intestino y promueven la secreción de una hormona llamada gastrina que apoya el proceso digestivo a muchos niveles.

Fuente: elaandalucia.es

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