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Un collarín robótico puede mejorar la funcionalidad de los enfermos de ELA

El collarín está diseñado para ajustarse a la postura natural del cuello

Un grupo de ingenieros y neurólogos de la Universidad de Columbia en Nueva York (EE.UU.) ha diseñado una especie de collarín robótico que podría ayudar a las personas que sufren una terrible enfermedad degenerativa como es la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA).

El novedoso dispositivo permite sostener la cabeza del paciente, permitir un cierto movimiento, mejorar la interlocución con otras personas y manejar la silla de ruedas o controlar un ordenador utilizando los ojos como una especie de joystick, tal y como hacía el célebre científico Stephen Hawkins.

El collarín está diseñado para ajustarse a la postura natural del cuello y restaura cerca del 70 por ciento de la capacidad motora de la cabeza del paciente gracias a una serie de sensores que calculan y miden los movimientos en combinación con una electromiografía superficial (EMG) de los músculos del cuello. El estudio piloto ha sido publicado en el último número de la revista Annals of Clinical and Translational Neurology.

Según el líder del equipo de científicos que ha trabajado en el proyecto, el profesor de ingeniería mecánica y rehabilitación y medicina regenerativa, Sunil Agrawal, “la abrazadera también podría ser útil en la rehabilitación de personas que han sufrido una lesión medular en un accidente o tiene un pobre control de su cuello debido a una enfermedad neurológica como parálisis cerebral”.

Modelos incómodos

Para desarrollar su invento, Agrawal y su equipo estudiaron concienzudamente los mecanismos musculares del cuello en pacientes con ELA. Este collarín puede suponer una importante ayuda en una enfermedad tan devastadora y de relativamente rápida progresión. Los autores recuerdan que actualmente sólo contamos con dos tratamientos que sólo retrasan ligeramente la progresión de la ELA y que, mientras no podamos curar la enfermedad, hay que procurarle al paciente la mejor calidad de vida posible y paliar los síntomas.

Los científicos destacan que en la ELA -también conocida como enfermedad de Lou Gehrig, en referencia a un mítico jugador de béisbol, se caracteriza por la pérdida progresiva de las funciones musculares, lo que lleva a la parálisis de las extremidades y la insuficiencia respiratoria. La caída de la cabeza, debido a la disminución de la fuerza muscular del cuello, es una característica definitoria de la enfermedad. En el transcurso de su enfermedad, que puede variar desde varios meses hasta más de 10 años, los pacientes pierden por completo la movilidad de la cabeza, adoptando una postura de mentón en el pecho que dificulta el habla, la respiración y la deglución. Los actuales collarines estáticos se vuelven cada vez más incómodos e ineficaces a medida que la enfermedad progresa.

Para probar su collarín robotizado, los ingenieros y los médicos reclutaron a un total de 11 pacientes de ELA y a 10 personas sanas de los mismos rangos de edad que ejecutaron todo tipo de movimientos y rotaciones con el cuello. Los experimentos mostraron que los pacientes con ELA, incluso en las primeras etapas de la enfermedad, utilizan una estrategia diferente de coordinación cabeza-cuello en comparación con los sujetos sanos de la misma edad. Las mediciones recopiladas por el dispositivo se pueden usar clínicamente para evaluar mejor la caída de la cabeza y la progresión de la enfermedad de ELA.

“En la próxima fase de nuestra investigación, caracterizaremos cómo la asistencia activa del cuello ortopédico afectará a los sujetos con ELA con caída severa de la cabeza para realizar actividades de la vida diaria”, asegura Agrawal. “Por ejemplo, pueden usar sus ojos como un joystick para mover el cuello de la cabeza para poder mirar a sus seres queridos u objetos a su alrededor”.

Fuente: Diario Enfermero