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La luz de Anys

Una noche donde todo estaba en silencio una ladrona se metió en mi casa, como estaba oscuro no la veía, pero con solo saber que había algo, sentí miedo, desesperación, inseguridad, no sabía que hacer.

Entonces me llené de valor y le pregunté ¿quién eres? ¿qué buscas?

La muy ingenua me dijo quien era y también me dijo: “vine a robar, matar y destruir”.

Entonces le dije: ¡no te puedo permitir que hagas en mi casa la que con tanto amor y dedicación construí!, trabaje duro para conseguir hasta lo más mínimo de lo que tengo. En eso me ató de pies y manos, apenas podía hablar (porque me tapo la boca), parecía que todo estaba perdido. Yo no tenía armas para derrotarla.

Me tomo por sorpresa, además me sentía tan mal, pensé ¿en qué momento me descuide? ¿qué hice mal? Si en todo momento cuidaba mi casa y todo lo que había en ella, en eso escuche una carcajada.

Era la ladrona que me dijo: “dejaste una puerta abierta y por ahí entré”
¡Oh Dios!

Llorando, en mi desesperación dije: ¡Qué voy hacer! estoy sola en medio de la nada, me quede en silencio sin esperanza.

En eso vi una luz, ¡venía hacia mi casa!, ¡Woow! caminé con gran dificultad hacia la puerta, me asomé por la ventana, ví a un hombre grande y fuerte. Le hice señas necesito ayuda, para esto la ladrona estaba bien concentrada viendo que se llevaba, aquél hombre tocó y le abrí.

Como todo un caballero me dijo:
Hola ¿puedo pasar?, me pediste ayuda y aquí estoy.

Le pedí que me desatara y me desató.

Woow entre mí exclame, ¡Es mi Salvador!, en ese momento me sentí con mucha paz, segura y mucho gozo.

Tan solo con saber que ya no estaba sola era suficiente para mí.

Entonces me dijo: toma estas armas, ponte esta armadura, yo estoy contigo no temas ni desmayes; no te dejaré ni te desampararé.

Lloré de alegría y le dije gracias, gracias por qué ya no tengo miedo sé que no estaré sola y me ayudarás a vencer, y me dijo ¡Claro!, yo estaré contigo nada más necesito que te esfuerces y seas valiente, muy valiente, ¡ven sígueme!, yo voy delante de ti.

Entonces cuando la ladrona vio la luz de mi salvador, se deslumbró tanto que se cayó al suelo no pudo ante el gran poder que tenía aquella luz.

Entonces mi salvador la echó fuera y fue así como me rescato mi salvador.

Desde ese momento vivo confiada segura y en paz, desde ese día esa luz resplandece en mi casa.
“Mi salvador se llama Jesús, él es la luz que ilumina mi interior de paz y esperanza”
Anys Rodríguez

Otro escrito de Anys “Descubrí una nueva manera de vivir con ELA”: https://www.ela.org.mx/descubri-una-nueva-manera-de-vivir-con-la-ela/

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