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El omega 5, con gran potencial en males neuronales degenerativos

Puede llegar al cerebro y demorar el daño a las neuronas.

El grupo de investigadores en biología molecular de la Universidad Medica Hebrea de Jerusalén encabezado por Ruth Gabizon, ha comprobado tras varios años de trabajo que el potencial de la omega 5 puede llegar al cerebro y demorar el daño a las neuronas, ante problemas y enfermedades neurodegenerativas.

De visita en México para promover productos con este contenido, la investigadora explico que mediante la nanotecnología se ha logrado que este aceite atraviese la barrera hematoencefálica y llegar al cerebro donde actúa como antioxidante.

Ruth Gabizon, especialista que trabajo con el premio Nobel de Medicina 1997, Stanley Ben Prosiner, dicto un conferencia en el teatro Xola Julio Prieto; explico que resultado de los trabajos de muchos años hoy se conoce que en todas las enfermedades degenerativas del cerebro hay una proteína que se degrada, que en vez de desintegrarse forma racimos de células muertas que se unen unas a otras y bloquean el sistema de eliminación de toxinas de las demás células cerebrales, lo que causa una oxidación exagera que ocasiona la muerte de más células, lo cual constituye un círculo vicioso.

Semilla de granada, la base.

Dijo que en casos de pacientes que ya sufren una enfermedad causada por la muerte de las células cerebrales, como Alzheimer, Parkinson, ELA o esclerosis múltiple en etapas avanzadas, lo máximo a que se puede aspirar es a mantener el paciente en su estado actual, pero las células cerebrales que ya murieron no se pueden recuperar, por lo tanto, su investigación se centró en evitar el desarrollo de la enfermedad en los portadores del gen o personas en riesgo.

La especialista señaló que sus investigaciones desarrollaron una forma de concentrar el aceite de semilla de granada en nanopartículas con las mismas características del aceite en su forma natural, cuya ventaja es que estas no son detenidas por el sistema digestivo, sino que llegan al sistema circulatorio y de allí directo al cerebro.

Fuente: La Jornada en linea

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