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El agotamiento emocional de estar siempre para los demás

Ayudar a los demás es algo muy positivo, pero para poder hacerlo debes estar bien contigo mismo.
A veces necesito llorar, de por sí que no me queda muy difícil.

Soy muy sentimental, de esas personas que una película de drama o de animalitos la hace llorar; lo mismo me ocurre si veo a otro ser vivo sufrir. Pese a eso, soy una persona de gran fortaleza y dispuesta a hacer lo que sea por quien lo necesite, pero de verdad a veces es agotador no ver compensado lo que das.

No es que espere algo a cambio por lo que hago por los demás, pero un «gracias» o un «¿necesitas algo?» cuando estoy en una situación similar, no me vendría nada mal de vez en cuando.

Sí, es cierto que hay situaciones que bien puedo tolerar sin que me afecten mucho, pero hay otras donde me es inevitable guardar silencio. No soy alguien que reprima emociones o reclame atención; como dije antes, soy una persona fuerte, pero esa fortaleza muchas veces necesita ser aliviada por alguien, o bien «ser lavada en lágrimas».

Muchas personas se sentirán identificadas con esto. Es que no importa si eres hombre o mujer; si eres una persona que soporta sin quejarse cada situación compleja de la vida propia o ajena, tarde o temprano tendrá que buscar remedio a ese peso emocional que desgasta si no se le pone atención a tiempo.

La ciencia al respecto

Jordi Fernández Castro es profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona, en España. Él afirma que sentir ese cansancio emocional y la necesidad de desahogarse es muy común, aún más cuando se trabaja en instituciones como hospitales, geriátricos y demás lugares de prestación de servicios de salud.

Fernández pudo determinar esto gracias a un estudio que también reveló que médicos, enfermeras y demás profesionales de la salud lo padecen ya que entregan mucho de sí y es poco lo que reciben a cambio de su esfuerzo.

Otro estudio llevado a cabo por Russell Cropan, de la Universidad de Emory, en Atlanta, argumenta que las personas que viven en constante tensión y problemas en su hogar, así como quienes viven estrés laboral sufren este tipo de agotamiento.

La entrega completa

Para ser completamente honesta contigo te diré qué pienso al respecto de estos estudios. No estoy en desacuerdo para nada con el segundo; sin embargo, el primero sí me deja pensando un poco.

No solo quienes trabajan en instituciones de salud sufren por la carga laboral y emocional que su trabajo refiere ¿Es arduo y exige entrega completa? sí, pero es un «gaje del oficio», una consecuencia de la profesión que se desempeña; tal como la carga emocional que llevamos encima los ingenieros, abogados y demás profesionales.

Además, todos de igual manera tenemos que soportar muchas presiones y estrés a lo largo del día, y no a todos nos agradecen o están atentos a nuestras necesidades emocionales, ¿o sí?

Síntomas del agotamiento emocional

El agotamiento emocional surge por un importante desequilibrio entre lo que la persona da y aquello que recibe a cambio; es decir, da su mejor y más grande esfuerzo tanto para su pareja, familia, amigos, trabajo y servicio social, pero lo que recibe a cambio no compensa lo que da.

Es «normal» que quien sufre este malestar cuente con poco tiempo para sí mismo y no reciba ningún tipo de reconocimiento o agradecimiento por su disposición.
Como consecuencia a esa falta de dedicación a sí mismo y a la carencia de atención por sus necesidades emocionales, hace aparición la siguiente serie de síntomas:

  1. Cansancio físico constante.
  2. Insomnio.
  3. Irritabilidad.
  4. Falta de motivación.
  5. Distanciamiento afectivo.
  6. Falta de concentración.
  7. Olvidos frecuentes.
  8. Confusión generalizada.
  9. Pérdida de energía.
  10. Malestar generalizado (dolor de cabeza, disminución o aumento del apetito).
  11. Tratamiento

Expertos en salud mental, así como médicos en general aconsejan que quien lo padece debe:
1. Descansar de manera adecuada. Ya se trate de mejorar la calidad de sueño o del tiempo libre que permanece en casa.
2. Ponerse a uno mismo como prioridad. Es necesario que pienses más en ti y en las cosas que necesitas o te hacen feliz.
3. Practicar ejercicios de relajación o yoga también ayuda mucho a liberar la carga de estrés diaria.
4. Tomar vacaciones siempre que se pueda, pero no de forma extrema, ya que puede causarle cansancio innecesario.
5. Encontrar una actividad diaria que permita momentos de tranquilidad.
6. Hacer el esfuerzo por mantener una actitud positiva, rodeándose de personas que tengan «buena vibra».

Un consejo también muy acertado es el que ofrecen otros expertos. Se trata de hacerte más consciente de tus límites emocionales; es decir, aprender a detectar el momento previo al agotamiento emocional para tomarte tu tiempo para estar a solas y «recargar baterías».

No hay nada de malo es servir a los demás; es más, «quien no vive para servir, no sirve para vivir». Sin embargo, todo tiene un límite, y si estás desbordado de responsabilidades donde no eres la principal, pronto verás cómo tu salud física y mental se desgasta. Por eso, no dejes de tenerte en cuenta siempre, en todo momento y situación, porque si te sientes bien, podrás seguir ayudando a otros.

Fuente: Familias.com

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