Mejoran la calidad de vida en las diferentes etapas de la enfermedad.
1.- Terapia Física
La terapia física y equipo especial tiene la posibilidad de aumentar la independencia de la persona que padece la enfermedad y su seguridad. El ejercicio aeróbico suave y de bajo impacto, como caminar, nadar y montar bicicleta estacionaria, fortalece los músculos no afectados por la enfermedad, mejora la salud cardiovascular y ayuda a las personas a combatir la fatiga y la depresión. Todo debe ser avalado por el médico y terapeuta físico en cuestión.
2.- Terapia del Lenguaje
Una de las más grandes dificultades es cuando se va perdiendo el habla, pero la esperanza regresa automáticamente cuando los pacientes logran comunicarse gracias a este tipo de terapias. La terapia de lenguaje puede ayudar al paciente a comunicarse de manera más clara y fuerte. De tal manera, mientras evoluciona la enfermedad, también la capacidad y la fluidez de la comunicación evoluciona a la par. También pueden comunicarse a través de sintetizadores de lenguaje computarizado que usan una tecnología de rastreo ocular y pueden ayudar a los pacientes a comunicarse sin realizar un mayor esfuerzo verbal.
También existe la opción de los bancos de voz en donde las personas todavía son capaces de hablar y en el proceso almacenan su propia voz para el uso futuro en sintetizadores de lenguaje computarizado.
3.- Apoyo Nutricional
El apoyo nutricional es una de las partes más importantes para un paciente con ELA, ya que la enfermedad debilita el cuerpo y como consecuencia llegan a perder peso. Los nutriólogos pueden enseñar a los cuidadores cómo planear y preparar comidas en pequeñas proporciones que le proporcionen al paciente suficientes calorías, fibras y líquido.
4.- Apoyo Respiratorio
Es normal que los músculos encargados de la respiración comiencen a debilitarse. Los médicos deberán recomendar cuál es el mejor tratamiento para ayudar a la respiración del paciente, tal y como lo es la llamada ventilación no invasiva (VNI), que se refiere a el apoyo para respirar a través de una máscara que cubre nariz o boca. Sin duda ese tratamiento puede mejorar la calidad de vida y prolongar la supervivencia de muchas personas con ELA.
Otro factor que se puede presentar durante el proceso de la enfermedad son los problemas que pueden tener al toser fuerte. Existen muchas técnicas para ayudar a solventar dicho problema, desde dispositivos mecánicos que ayudan a toser y la técnica de respiración “breath stacking” en donde se toman una serie de pequeñas inhalaciones sin exhalar, hasta que los pulmones se llenan de oxígeno, se sostiene la respiración brevemente y se expulsa el aire tosiendo. Los mejores para recomendar qué tratamiento utilizar siempre serán los médicos y terapeutas que conocen la enfermedad.
Fuente: NIH